Las Orquídeas son unas plantas hermosas y en apariencia delicadas, pero no hay nada más lejos de la verdad. Hay más de 20.000 especies en todo el mundo, y crecen en multitud de condiciones, desde el desierto hasta el océano, excepto en el ártico, pero lo que no soportan es el exceso de riego y de abono. Tal vez hayas sucumbido a su belleza y tengas algún ejemplar en casa, si su maceta se está quedando pequeña, debes saber que trasplantar una Orquídea no es muy complicado pero si que es diferente a otras plantas de las que tienes en casa.

Orchidaceae-orquídea
Flor de orquidea

Como has podido comprobar las Orquídeas no son tan delicadas como algunas personas creen, pero lo que si es cierto es que son esencialmente maceta-con-orquídea-necesita-trasplante Orquídea necesitada de ser trasplantada

Debemos de utilizar grava pequeña o piedra de lava, lo ideal es que esté limpia o esterilizada. Buscaremos una maceta mayor que la anterior. Podemos usar macetas de plástico o de barro, las de barro impedirán que nuestras Orquídeas se sequen demasiado rápido.
En primer lugar tenemos que sacar la Orquídea de su vieja maceta. Cuando las raíces se han adueñado de la maceta es una tarea complicada. Con cuidado deberemos cortar las raíces que sobresalgan de la maceta, los cortes deben ser limpios para no dañar la planta. Haremos presión sobre la maceta para ahuecar el interior y que sea más fácil extraer la Orquídea.
Retiramos toda la grava antigua. Revisamos todas las raíces y eliminamos las que no estén en buenas condiciones y las que estén secas. Ya que estamos, debemos eliminar al mismo tiempo todas las zonas aéreas que estén en malas condiciones.
Tomamos la nueva maceta y ponemos un poco de grava en el fondo. Colocamos la Orquídea y seguimos rellenando la maceta con más grava y agregamos una cucharada de fertilizante de liberalización lenta alrededor de la planta y regamos.
Ya tienes trasplantada tu Orquídea, seguro que ella te lo agradecerá.