El problema que te encuentras cuando quieres conocer el nombre de una planta, o en este caso un arbusto, es que lo único que tienes a tu disposición es lo que has visto, no sabes su nombre su origen, no conoces nada de ella, lo único que tenía para reconocer al arbusto en cuestión era su cualidad más atractiva:
Frutos rojos en Google
Armado con paciencia y con el ánimo del que desea conocer, pues me acerqué a Google y lo único que pude darle como pista de búsqueda era la característica que a mí me había llamado la atención: sus frutos rojos.
Dicho y hecho lo metí en el buscador y el ordenador empezó a regurgitar un montón de fotos y datos sin sentido, hasta que casi cuando ya daba por perdida la búsqueda apareció una fotografía con unos frutos rojos que coincidían con lo que yo estaba buscando, ya sabía el nombre de aquel arbusto que me había llamado tanto la atención: Colutea.
La Colutea, Espantalobos, Fresnillo loco, Sonajas
Es curioso que tratándose de un arbusto que es típicamente mediterráneo, hasta ahora no había reparado en el y no lo conocía. Es que el conocimiento humano es una gota en un inmenso océano, que diría un sabio.
Pues resulta que el arbusto en cuestión se da por toda la Península Ibérica, aunque principalmente por el este, centro y sur.
Según la información que he encontrado, es un arbusto que puede llegar a los tres metros de altura, por tanto los ejemplares que he encontrado deben de ser unos jovenzuelos, pues no sobrepasarían los dos.
Una de sus señas de identidad son precisamente sus frutos rojos y sus flores amarillas, que asemejan a las vainas de los guisantes, donde están encerradas unas semillas que cuando se secan suenan agitadas por el viento, por eso se les llama vulgarmente sonajeros o espantalobos.
No es conveniente comerlas, por que pueden provocar el vómito o ser laxantes, aunque según he podido aprender, el efecto es lento.
Si, como yo, has sido seducido por los frutos rojos de la Colutea, es un árbol que aguanta muy bien la insolación y prospera en suelos pobres, por tanto es un arbusto (más que árbol) indicado para jardines en los que los cuidados vayan a brillar por su ausencia.