Uno de los proyectos para el jardín que tenía en mente, es construir un horno de leña, en el que poder realizar panes, pizzas y sobre todo unos asados de carne. Los asados en estos hornos adquieren un sabor especial, sobre todo si usamos sarmientos para cocinar.

Horno de leña

Tarima para construir el horno

Lo primero es elegir el lugar idóneo para instalar el horno. Una vez que lo tenemos elegido, debemos de hacer una buena base, que idealmente debe estar a la altura de una mesa o un poco más para que sea cómodo acceder al horno de leña.

Base de ladrillos refractarios

La base del horno de leña debe estar realizada con ladrillos refractarios. Normalmente estos hornos suelen tener forma circular, media esfera. Tenemos que tener claro cual queremos que sea el diámetro y el tamaño de la puerta del horno, todos estos cálculos son necesarios hacerlos antes de ponernos manos a la obra, no podemos improvisar sobre la marcha, si no lo más seguro es que no cuadre nada.

Horno a medio realizar

Una vez realizada la base, empezamos a poner ladrillos alrededor. Las primeras filas serán rectas, para ir dando forma de bóveda a medida que subimos. Para dar una altura de la bóveda correcta y simétrica, mediremos el radio de la circunferencia de la base y esa debe ser la altura.
En la parte delantera del horno de leña, entre la puerta y la bóveda es donde se tiene que situar el tiro de la chimenea.
Poco a poco, según vamos subiendo al bóveda del horno, tendremos que adaptar los ladrillos y cortarlos para que encajen. Una vez que hemos hecho toda la bóveda, aplicaremos una capa de mortero, siempre con cemento refractario.

Bóveda del horno terminada

Para que el horno no desprenda mucho calor le aplicamos un aislante térmico, que luego recubriremos con cemento, esta vez puede ser normal o incluso decorativo.
La puerta y el termómetro serán los últimos pasos. Ojo cuando vamos construyendo el horno, tendremos que haber tenido previsto la puerta con sus medidas. Sería conveniente tener la puerta antes de empezar a subir el horno. Desmontamos la puerta del cerco y la ponemos aparte, para que no se nos ensucie.
Como ves no es una tarea demasiado complicada, aunque si que es un proyecto para varios fines de semana o unas vacaciones.