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Decantarse por utilizar láminas de acolchado, nos ahorra sobre todo mucho tiempo en el control de malas hierbas, pero también ayuda de forma significativa a mantener la humedad del suelo, reduciendo el consumo de agua.
Las láminas de acolchado para el jardín, son más fáciles de colocar sobre planteles nuevos o áreas de jardín que están sin sembrar, por eso es habitual plantearse su utilización cuando reformamos algún área del jardín, o cuando el jardín se está creando por primera vez.
Aunque su función principal, es proteger un nuevo jardín, hay ocasiones que las láminas de acolchado se utilizan para
Mientras…otros materiales orgánicos, como las cortezas desmenuzadas o algunas cáscaras de frutos secos, su función es más bien estética, aunque con el tiempo también pueden acabar incorporados en la composición del suelo.
En los huertos es común utilizar acolchados a base de paja, con la intención de proteger las raíces de los cultivos en invierno, y proteger de la evaporación en verano. Al final la paja siempre se acaba descomponiendo, y formando parte del suelo del huerto.
Los acolchados inorgánicos no buscan ser incorporados en el suelo, y su función es sobre todo proteger el suelo, pero con una función estética muy marcada.
Entre los materiales inorgánicos más utilizados, están las gravas de distintos colores y de distinto tamaño.
Si las ponemos directamente sobre el suelo, sin aplicar primero una lamina de acolchado, mi sugerencia es que el tamaño de la grava sea grande, más tirando a piedra que a grava. De esta manera, si lo necesitamos, podremos eliminarla del suelo con facilidad.
Si ponemos una lámina de acolchado primero, podremos elegir gravas mucho más pequeñas sin ningún problema.
Para mantener el suelo sano y que guarde la humedad, lo ideal es que antes de aplicar cualquier acolchado, primero apliquemos una buena capa de compost…a menos que el compost sea el acolchado.
La mejor época para aplicar un acolchado al suelo, es cuando el suelo está caliente y tiene un alto grado de humedad: primavera u otoño son buenas épocas.
No es buena idea aplicar un acolchado en pleno verano, cuando el suelo está resquebrajado por el calor, ni tampoco en pleno invierno, cuando el suelo está frío y el acolchado actuará como aislante, obligando al suelo a permanecer frío y deteriorando el crecimiento de las plantas.
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