De madera, de aluminio, de hierro forjado o de cualquier otro material, las pérgolas son un maravilloso invento para disfrutar un poco más de nuestro jardín, en los momentos en los que el sol del verano resulta más agobiante.

Tipos de pérgolas

Para mi las más vistosas son las de madera y al decir madera, no quiere decir que obligatoriamente tenga que ser una pérgola rústica, por que en madera puede ser perfectamente moderna, al igual que puedes elegir una pérgola de aluminio con aire rústico, todo está en como se confeccione.

Las pérgolas se pueden instalar adosadas a la vivienda, o también en el centro del jardín (si tenemos sitio), como si fuera un cenador, personalmente es una idea maravillosa, aunque no todos los jardines se lo pueden permitir, tienen que tener un tamaño considerable.
Es habitual que las pérgolas estén coronadas por un toldo, pero algunas por decisión de sus propietarios no lo están. Incluso he podido comprobar que en algunas viviendas unifamiliares, es algo novedoso que a la salida del salón adosada a la pared, se instala una pérgola pero sin toldo, en estos casos podemos optar por poner nosotros mismos el toldo o sembrar algunas trepadoras que nos proporcionen sombra.

La idea de tener una pérgola natural, creada con unas trepadoras, es una buena decisión para el que le guste cuidar de sus plantas. Lo ideal en estos casos es buscar trepadoras de hoja caduca pero que aguanten bien al sol, así dispondremos de sombra en verano y al caer la hoja en otoño, dejarán pasar la luz.
Sea como sea, una pérgola nos ayudará a soportar mejor el calor, y nos proporciona la oportunidad de vivir con más intensidad de nuestro jardín.