Entrevistamos a Carlos Burgués, el responsable del nuevo servicio de reciclaje de plástico de Ilersis. Un proyecto que alarga la vida del plástico y abre puertas laborales.
¿Cuál es tu papel en la Fundación Ilersis ?
– Formo parte de la oficina técnica de Brigadas de servicios de la Fundación Privada Ilersis. Desde enero de este año, mi papel consiste en la coordinación y supervisión de personal y producción del nuevo servicio de reparación de contenedores, palés y elementos de plástico, mediante soldadura con hilo de polipropileno (PP) y polietileno de alta densidad (PEHD). Por otra parte, llevo a cabo otras tareas en el departamento como la gestión y coordinación del parque de vehículos de la entidad, la supervisión técnica de Agroilersis y el apoyo administrativo en facturación, seguimiento trabajadores/as, comunicados de trabajo y mantenimientos.
¿Cuándo empezaste a trabajar y qué te motivó a formar parte del proyecto de Ilersis?
— Me incorporé a la Fundación en marzo de 2023. Durante muchos años trabajé en la dirección técnica y productiva de una explotación agropecuaria, pero con el tiempo me di cuenta de que necesitaba un cambio: ese trabajo ya no me motivaba como antes. Quería una tarea más orientada a las personas y formar parte de un proyecto con nuevos retos, comprometido con la inclusión y la transformación social.
Algunas personas de la Fundación Privada Ilersis me habían hablado de su proyecto y me transmitieron su ilusión. Cuando se me presentó la oportunidad, presenté la candidatura.
¿En qué consiste este nuevo servicio de reciclaje de plástico? ¿Qué tipo de tareas realiza?
— El servicio consiste en reparar contenedores, palés, depósitos, boxes, cajas y otros elementos de plástico mediante soldadura con hilo de polipropileno (PP) y polietileno de alta densidad (PEHD), con el objetivo de alargar su vida útil y recuperar su seguridad y estanqueidad. Trabajamos con máquinas extrusoras que garantizan uniones sólidas y de calidad.
¿Qué les llevó a impulsar este servicio?
— En los territorios como Lleida, con un fuerte peso agrícola, detectamos que muchas empresas debían enviar las reparaciones fuera de Cataluña, Valencia o Murcia, con los costes y la logística que ello implica. Ofrecer el servicio de proximidad reduce tiempo y gastos y, además, la reparación puede suponer hasta un 70% de ahorro respecto a la fabricación de una nueva pieza de plástico. Esto comporta también una reducción de la huella de carbono. Son procesos que contribuyen a una mejor optimización de los recursos y la sostenibilidad.
Desde su perspectiva, ¿por qué es importante apostar por iniciativas como ésta?
– Para la Fundación Ilersis, el proyecto está plenamente alineado con nuestra misión. Como Centro Especial de Empleo genera nuevas oportunidades laborales para personas con discapacidad o en riesgo de exclusión y refuerza su empleabilidad a través de formación y acompañamiento. Asimismo impulsa la economía circular, porque alarga la vida útil de elementos de plástico y reduce residuos y emisiones asociadas a la fabricación y transporte de nuevos productos. Para el tejido empresarial del territorio, especialmente para las pequeñas y medianas empresas, supone un ahorro económico y una mayor durabilidad de su equipamiento.
Así, ¿su cliente principal son pymes?
— El servicio se dirige a todas aquellas empresas y clientes particulares que deseen dar una solución de reciclaje de plástico eficiente y sostenible. Empresas frutícolas, agroalimentarias, maquinaria agrícola. Actualmente, estamos colaborando con empresas como Grupo Alimentario Argal, Frutas Font, Vall Companys, Symrise, Urgellnet, Dhöler, Talleres Corbins, Tractor Minguell, además de explorar nuevas colaboraciones para ampliar el alcance de nuestro servicio.
Lo ofrece en Balaguer. ¿Por qué decidió empezar por esta localidad? ¿Existe previsión de ampliarlo a otras zonas del territorio?
— Empezamos en Balaguer porque había una actividad económica ya operativa como Centro Especial de Empleo y las personas que la gestionaban querían dar un paso al lado. Desde Ilersis lo vimos como una buena oportunidad para consolidar presencia en el Noguera y ampliar áreas de negocio. Estamos en fase de crecimiento y consolidación, y no descartamos expandir el servicio a otras zonas ni incorporar la reparación de otros materiales como el PVC, la poliamida o la fibra de vidrio.
¿Cuántas personas trabajan en la Fundación? ¿Qué impacto tiene el proyecto en sus vidas?
— Actualmente, trabajan ocho personas de la Fundación, todas con discapacidad o en riesgo de exclusión social. Priorizamos la contratación de residentes en Balaguer y disponemos de equipos multidisciplinares de apoyo que realizan el plan de acogida y el seguimiento individualizado de objetivos. Ofrecemos orientación y acciones formativas para mejorar la empleabilidad y, a corto plazo, prevemos nuevas incorporaciones para continuar garantizando un servicio de calidad.
Por último, ¿cómo imaginas el futuro de este servicio? ¿Qué retos u oportunidades les gustaría explorar?
— Durante años, la tendencia de la sociedad ha sido el modelo consumista basado en la producción masiva y el consumo excesivo. El cambio de paradigma hacia modelos de producción y consumo más responsables abre un escenario muy favorable. Nos proponemos explorar nuevos mercados y colaboraciones, ampliar su capacidad de reparación y consolidar un modelo sostenible e inclusivo. Los principales retos implican captar nuevos clientes para incrementar la contratación de las personas del Centro Especial de Empleo y para adecuar espacios y maquinaria, con nuevas infraestructuras que mejoren la calidad del servicio.